RECIBIMOS LA VIDA COMO VIENE

Prof. Sandra Bernini

En esta oportunidad compartimos la valiosa experiencia de la EEMPA PAPA FRANCISCO a través del relato de su Directora Sandra Bernini dicho proyecto se viene desarrollando desde el año 2017 en diferentes barrios de la ciudad de Rosario.

Este es el gran sueño que nos reúne, aúna y convoca, un desafío que nos llena de esperanza. En cada pibe, en cada piba que se nos acerca, vemos una oportunidad de vida, de dignidad, de identidad, de pertenencia, de proyecto y es ahí cuando decimos juntos: «NI UN PIBE MENOS POR LA DROGA».

Cuando abrimos nuestras puertas cobra sentido nuestro lema; «RECIBIMOS LA VIDA COMO VIENE», esta es una tarea cuerpo a cuerpo, cada vida se abraza y así comienza una nueva oportunidad.

SITUACIÓN ACTUAL

Los jóvenes y adultos destinatarios de nuestra tarea pertenecen a las comunidades barriales y parroquiales de nuestros barrios. Son recibidos y acompañados en sus tratamientos por el consumo problemático de sustancias en nuestros centros de rehabilitación y además se les da la posibilidad de incluirse en la propuesta educativa de la EEMPA brindando así una oportunidad de vida, promoviendo siempre la inserción social y laboral.

Al igual que hace unos años, cuando iniciamos este proyecto de EDUCACIÓN INTEGRAL Y EN LA DIGNIDAD de las personas nos urge la necesidad de que los jóvenes, pibes y pibas de nuestros barrios tengan un proyecto de vida concreto.

Para nosotros, más que abandono de la escolaridad, muchos han quedado afuera del sistema educativo por diferentes situaciones de vulnerabilidad.

En nuestros barrios es muy dificultosa la inserción de todo tipo, social, cultural, laboral, educativa, ya que se complejiza con los factores de pobreza, distancias, falta de recursos, falta de contención de las instituciones. En nuestras esquinas y en nuestras calles se encuentran los pibes y las pibas solos en búsqueda de sentido y así comienzan el consumo problemático de sustancias y cada vez lamentablemente desde edades más tempranas.

Sostenemos la necesidad de un trabajo en red con la corresponsabilidad de todas las instituciones barriales. (familias, parroquias, centros de salud, sistema educativo, clubes, centros de vida, centros de niñez y centros de día, etc.)

La territorialidad es uno de los puntos fundamentales de nuestro proyecto. Reconocerse con una identidad, un lugar de pertenencia, y un proyecto de vida es lo que marca y construye la dignidad humana.

Los jóvenes necesitan estudiar y finalizar la escuela secundaria para poder insertarse social, laboralmente y concretar proyectos de vida que puedan sostenerse. Para ello les brindamos el acompañamiento de nuestros centros terapéuticos y de vida, junto a la mirada pastoral y evangelizadora que tiene nuestra institución «Padre Misericordioso” en el trabajo cuerpo a cuerpo, puerta a puerta, en cada esquina, en cada calle, brindando cercanía, abrazo, contención, tratamiento, educación, deporte, talleres, cultura, etc..

Quienes llevamos adelante este proyecto sabemos que nuestra » opción de vida» es como una semilla que tiene un montón de cosas buenas dentro.

Cuando uno siembra, uno cree en la fuerza de la semilla. EDUCAR le da sentido a nuestra vida en cada persona que se acerca. Pero más aún, creemos en la fuerza interna que hay en cada uno de nuestros estudiantes. Confiar en cada persona es lo que le da sentido a la tarea educativa.

Caminar cada barrio, estar en la vida cotidiana, entre saberes, preguntas, conocimientos, talleres, mateadas, convivencias, nos hace ser constructores de una comunidad barrial que tiene como objetivo la dignidad en todos los aspectos constitutivos de la persona y todo lo que nos hace familia, haciendo un lugar y un espacio mejor.

Nuestro objetivo es que nuestros alumnos/as puedan incluirse en el mundo laboral con su título secundario, con la formación necesaria en las áreas curriculares, complementadas con talleres sobre humanidad, creatividad, música, arte, cultura y vida deportiva, que ayuden al adicto a decir y a decirse que hay un camino mejor. Contamos también con talleres de formación laboral en distintos rubros (serigrafía, carpintería, alimentación, electricidad, sublimación) que proporcionan herramientas y permiten alcanzar logros, personales y comunitarios.

Este proyecto se inicia con un Aula Radial, en el año 2017, en la Parroquia «María Madre de Dios», de Barrio La Lata.

En el año 2020 se aprueba el nuevo proyecto de la «EEMPA Papa Francisco» y se suman 4 aulas en los barrios más conflictivos y de mayor vulnerabilidad de la ciudad de Rosario, entre ellas, el aula que funciona en Buen Pastor en la que transitan y habitan personas que se encuentran tanto en tratamiento por consumo problemático de sustancias, como en situación de calle.

Hoy contamos con 5 aulas que se constituyen de la siguiente manera:

– Buen Pastor (Gálvez 771): 20 alumnos

– María Madre de Dios (Paraguay 3011): 32 alumnos (La Lata)

– Ntra. Sra. Del Valle (Dorrego 6178): 38 alumnos (La Granada)

– Nazaret (Pasaje Urraco 193 Bis): 26 alumnos (La Tablada)

– San Roque (Platón 820): 27 alumnos (Las Flores)

El pasado año se graduaron 38 alumnos, hicimos fiesta de vida y de corazón en esta gran familia que es la EEMPA PAPA FRANCISCO y que venimos construyendo juntos hace unos años.

Nos sentimos felices de ser parte de la EEMPA PAPA FRANCISCO en su octavo año de vida.

Celebramos todas las trayectorias escolares, las ya finalizadas, las que seguimos acompañando y las que están en camino y nos invitan a ser constructores de esperanza.

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